martes, 10 de febrero de 2015

La virginidad

La Virginidad es un tema, que en algunas culturas sigue siendo un tabú, quizá en las menos colonizadas por la innovación tecnológica, las que aún mantienen sus raíces más vivas que nunca. Sin embargo, en las que no, hay un descontrol o una necesidad precoz de conocer la sexualidad y no sólo eso, vivirla al máximo, a veces sin conocimiento de las consecuencias que ello acarrea.

Es por ello que los jóvenes de hoy en día son más hormonales que nunca, esto, debido a factores externos, como la moda, programas de televisión, series y en mayor medida la música, (en América y Europa el dancehall o hip-hop), en Latinoamérica, el reggaeton, un género musical que nació hace, alrededor de 15 años, donde sus letras degradan a la mujer e incitan al sexo explícito y sin medida. Es así como jóvenes que apenas inician su adolescencia y hasta niños, son educados, por el reggaeton que hace que: “donde reine hormona, no mande neurona”, pero no se le debe achacar todo a este género, también la alta tasa de padres jóvenes e inexpertos ayudan a que esta situación esté más viva que nunca, por lo tanto la sociedad tiene gran culpa en esta problemática.

Evidentemente es una experiencia que llegará, aunque el temor de los padres se avive con cada año que cumpla su hijo adolescente, siempre llegará el momento, sin embargo, ese momento está siendo apresurado por la falta de valores que ha hecho que el reggaeton se convirtiese en pilar fundamental de la educación sexual de los adolescentes.

No hay que negar que existen padres que sueñan con ver a sus niñas llegar vírgenes al matrimonio, madres que sueñan comprar un blanco vestido de novia que denote la virginidad de sus pequeñas y aunque sepan que después de la boda sus hijos ya no serán castos, tendrán la satisfacción de que formaron un matrimonio y por tanto un nuevo grupo familiar dentro de la sociedad que les rodea.

Se debe resaltar, también que existen hombres, con la necesidad de buscar una pareja que sea virgen para poder casarse con ella, darse ese placer de que fueron el primero y así alimentar el machismo que la sociedad también se ha encargado de forjar, pero ya eso se ha convertido en un imposible. Vemos chicas “recorridas” que se han dejado consumir por el sistema, por la sociedad de la moda, que salen embarazadas, con enfermedades como el Virus Papiloma Humano (VPH) o SIDA o hasta se provocan abortos para evitar la pena de llevar 9 meses a una criatura por no avergonzar a su familia.

No debemos negar que la evolución se ha presentado en todo sentido, el hombre evolucionó físicamente, el mundo evolucionó, la tecnología, las maneras de ver lo que acontece también. Se habla de una igualdad en la mayor parte del mundo, aunque el Islam sigue pisoteando y siendo despectivo con la importancia de la mujer en la sociedad, allí el machismo sigue latente, lamentablemente es una cuestión cultural y ancestral que no se puede olvidar de la noche a la mañana como se ha hecho en Latinoamérica, donde si nos dejamos envolver en esa globalización y en esa transculturización que nos hizo olvidar los valores propios y asumir otros, que en resumen, no han dejado nada productivo para la sociedad venezolana. No defiendo la cultura islam porque es terrible el maltrato hacia la mujer, sin embargo admiro la protección y fidelidad hacia sus raíces.


Cabe concluir que el ser humano ha crecido con un libre albedrío que le ha hecho tomar decisiones tanto buenas como erradas, la idea siempre está en arriesgarse y asumir la responsabilidad de las acciones propias. Tanto chicos y chicas de hoy y de un futuro, decidirán qué hacer con su virginidad, si dar esa “prueba de amor”, regalarla, esperar al matrimonio, tener una noche loca y descontrolada con alcohol o simplemente venderla al mejor postor. Hay que destacar que todo esto empieza desde el hogar, donde es necesario que se acentúen los valores de comunicación y seguridad en sí mismos y en sus padres, para poder determinar qué será lo mejor para el adolescente hormonal de hoy en día, es bueno tener presente que: “el cuerpo es nuestro templo y no debemos dejar que cualquiera entre ni que cualquiera le haga daño” incluso si se trata de nosotros mismos.

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