lunes, 9 de febrero de 2015

La pobreza una realidad latente

Es alarmante ver  y tomar conciencia sobre la problemática que representa la pobreza en Venezuela y en el mundo. La cantidad de vidas que se lleva producto de las malas gestiones gubernamentales de los recursos de un país. La situación deprime, sin duda y el sentimiento de impotencia al no poder hacer mucho se apodera del actuar, nos encontramos desarmados ante tal situación.


Tomando en cuenta la pobreza como “la falta o carencia de recursos necesarios para satisfacer las necesidades de una sociedad” (Salinas, 18:2006), podemos contextualizarla tanto en el ámbito económico, social, médico, como en el ámbito moral y es que la pobreza no solo es el hecho de tener bienes materiales, se da en la educación que principalmente radica en los valores de saber discernir entre  lo bueno y lo malo.

Este es un punto álgido que toca a Venezuela en muchos sentidos, el país está pobre, el venezolano está pobre, olvidó sus propios valores para asumir otros, son muchas las razones, quizá una de las principales, son los padres jóvenes, quienes en su afán de que sus hijos no tuvieran las mismas restricciones que ellos, decidieron ser más liberales y en sus ganas de innovar los valores hogareños, nutrieron la falta de respeto y la altanería en sus pequeños, los resultados: embarazos precoces, marginalidad y demás.

Puede que estos factores ya existieran, pero hoy en día son más punzantes y degradan los valores positivos que solían tener los ciudadanos. La educación es otro problema y las leyes que protegen el actuar sin vergüenza de los jóvenes de hoy en día, que los ampara para que sean groseros y altaneros con quienes deberían mostrar una pizca de respeto, se suman a estas razones.

El reflejo de esta problemática la dan sus propios gobernantes, vemos la pobreza en cuanto a valores que tienen varias figuras públicas del gabinete gubernamental y quizá, de cierta manera, se justifica que estamos como estamos por representantes así. La salida, es la educación, que igualmente se mantiene golpeada por el constante desanimo que el mismo gobierno provoca sobre los profesionales que por amor al arte (algunos) otros por tener un sueldo cada 15 y últimos se mantienen en sus puestos y luchan con aquellos que solo quieren ganar y no quieren enseñar.

La pobreza nos azota, tanto a nivel de valores como a nivel material y es lamentable que se refleje más en la cantidad de personas que viven en lugares no aptos, que deciden invadir terrenos y a quienes se les ve en la calle pidiendo dinero. La carencia económica, según he observado le ha dado un punto negativo a la pobreza moral, porque las personas prefieren robar o ser corruptas antes de respetar lo que piensan, el joven de hoy en día prefiere salir de la pobreza trabajando y dejando sus estudios de lado, que esperar un poco más, se van por lo fácil.

Es necesario tomar en cuenta que: “La pobreza no es la carencia de riquezas naturales sino la ausencia de actitud moral  en la búsqueda de la excelencia para ser cada día mejores.” (Valera, 2012) Si la conciencia de todo venezolano se enfocara día a día en esta premisa, sin duda el mundo fuese diferente o al menos nuestro país sería otro.

De allí vienen otras cuestiones que se nos enfrentan como la malísima administración en el sector salud que tiene el gobierno o los controles tan preferenciales, la corrupción y la desviación de fondos de un país provoca más pobreza, incentiva a la corrupción y sin duda a los malos valores e incluso costumbres, los ciudadanos se contagian de acciones negativas como “el bachaqueo” las personas se rebuscan a su manera y van sembrando más pobreza en un país que al parecer lo tiene todo menos buenos gobernantes.

Cuando no se penan o castigan las acciones que empobrecen un país y por el contrario se alimenta la corrupción y la omisión de leyes, la única salida es mantener un carácter de respeto hacia nuestros propios ideales y empezar a actuar de manera positiva para combatir los males que aquejan a la sociedad, pues todo cambio empieza de adentro hacia afuera, queda de parte de cada ciudadano marcar la diferencia, solo así se puede ir disminuyendo o combatiendo la pobreza, el pensamiento egoísta hace que atendamos a intereses individuales y no a los colectivos, los venezolanos no sabemos el poder que tienen las masas cuando actúan como uno solo.

Aunque ser pobre económicamente no es una elección ser pobre moralmente si lo es, y es decisión de cada individuo mantener la misma pobreza que alguien que no posee nada para cubrir sus necesidades básicas. No es pobre aquel que no tenga riquezas, es pobre aquel que no tiene nada positivo que ofrecer a la sociedad. Suena un poco utópico pero es así. Y aunque la pobreza económica se puede combatir generando bienestar en individuos de una sociedad es necesario reconocer que el cambio iniciará cuando la mentalidad de sus gobernantes se preocupe por un todo y no por una parcialidad, aunque definitivamente todos los venezolanos estamos siendo abofeteados de mil maneras y la pobreza en varios sectores es el reflejo más vivo de ello.  

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