Es alarmante ver y tomar
conciencia sobre la problemática que representa la pobreza en Venezuela y en el
mundo. La cantidad de vidas que se lleva producto de las malas gestiones
gubernamentales de los recursos de un país. La situación deprime, sin duda y el
sentimiento de impotencia al no poder hacer mucho se apodera del actuar, nos
encontramos desarmados ante tal situación.
Tomando en cuenta la pobreza como “la falta o carencia de recursos
necesarios para satisfacer las necesidades de una sociedad” (Salinas, 18:2006),
podemos contextualizarla tanto en el ámbito económico, social, médico, como en
el ámbito moral y es que la pobreza no solo es el hecho de tener bienes
materiales, se da en la educación que principalmente radica en los valores de
saber discernir entre lo bueno y lo
malo.
Este es un punto álgido que toca a Venezuela en muchos sentidos,
el país está pobre, el venezolano está pobre, olvidó sus propios valores para
asumir otros, son muchas las razones, quizá una de las principales, son los
padres jóvenes, quienes en su afán de que sus hijos no tuvieran las mismas
restricciones que ellos, decidieron ser más liberales y en sus ganas de innovar
los valores hogareños, nutrieron la falta de respeto y la altanería en sus
pequeños, los resultados: embarazos precoces, marginalidad y demás.
Puede que estos factores ya existieran, pero hoy en día son más
punzantes y degradan los valores positivos que solían tener los ciudadanos. La
educación es otro problema y las leyes que protegen el actuar sin vergüenza de
los jóvenes de hoy en día, que los ampara para que sean groseros y altaneros
con quienes deberían mostrar una pizca de respeto, se suman a estas razones.
El reflejo de esta problemática la dan sus propios gobernantes,
vemos la pobreza en cuanto a valores que tienen varias figuras públicas del
gabinete gubernamental y quizá, de cierta manera, se justifica que estamos como
estamos por representantes así. La salida, es la educación, que igualmente se
mantiene golpeada por el constante desanimo que el mismo gobierno provoca sobre
los profesionales que por amor al arte (algunos) otros por tener un sueldo cada
15 y últimos se mantienen en sus puestos y luchan con aquellos que solo quieren
ganar y no quieren enseñar.
La pobreza nos azota, tanto a nivel de valores como a nivel
material y es lamentable que se refleje más en la cantidad de personas que
viven en lugares no aptos, que deciden invadir terrenos y a quienes se les ve
en la calle pidiendo dinero. La carencia económica, según he observado le ha
dado un punto negativo a la pobreza moral, porque las personas prefieren robar
o ser corruptas antes de respetar lo que piensan, el joven de hoy en día prefiere
salir de la pobreza trabajando y dejando sus estudios de lado, que esperar un
poco más, se van por lo fácil.
Es necesario tomar en cuenta que: “La pobreza no es la carencia de
riquezas naturales sino la ausencia de actitud moral en la búsqueda de la
excelencia para ser cada día mejores.” (Valera, 2012) Si la conciencia de todo
venezolano se enfocara día a día en esta premisa, sin duda el mundo fuese
diferente o al menos nuestro país sería otro.

Cuando
no se penan o castigan las acciones que empobrecen un país y por el contrario
se alimenta la corrupción y la omisión de leyes, la única salida es mantener un
carácter de respeto hacia nuestros propios ideales y empezar a actuar de manera
positiva para combatir los males que aquejan a la sociedad, pues todo cambio
empieza de adentro hacia afuera, queda de parte de cada ciudadano marcar la
diferencia, solo así se puede ir disminuyendo o combatiendo la pobreza, el
pensamiento egoísta hace que atendamos a intereses individuales y no a los
colectivos, los venezolanos no sabemos el poder que tienen las masas cuando
actúan como uno solo.
Aunque ser pobre
económicamente no es una elección ser pobre moralmente si lo es, y es decisión
de cada individuo mantener la misma pobreza que alguien que no posee nada para
cubrir sus necesidades básicas. No es pobre aquel que no tenga riquezas, es
pobre aquel que no tiene nada positivo que ofrecer a la sociedad. Suena un poco
utópico pero es así. Y aunque la pobreza económica se puede combatir generando
bienestar en individuos de una sociedad es necesario reconocer que el cambio
iniciará cuando la mentalidad de sus gobernantes se preocupe por un todo y no
por una parcialidad, aunque definitivamente todos los venezolanos estamos siendo
abofeteados de mil maneras y la pobreza en varios sectores es el reflejo más
vivo de ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario