Pocos saben lo importante y lo indispensable que se vuelve la danza en la vida de los artistas, y de los mismos bailarines, la pasión, la entrega, el encuentro de sentimientos en el escenario, la suspensión y el acople del cuerpo ante la música o cualquier ritmo, son sensaciones que pocos hemos experimentado.
Es inexplicable y tan fugaz el tiempo que duras en el escenario, tantos meses dedicándole a un baile, a una presentación y cuando llega el día de la verdad te encuentras con la sorpresa de que sientes pasar el tiempo lento, mientras te pones el vestuario destinado al baile que realizarás, la lentitud se destaca o al menos tú la sientes de esa manera antes de salir a las tablas, los nervios se apoderan de ti al recordar que en ensayos anteriores tus compañeros de baile de otras academias te decían: rómpete una pierna, metafóricamente hablando claro!, solo es un deseo de buena suerte, sin embargo, la concentración en lo que harás no se desprende tan fácil de tu mente.
Mi mundo en el baile va iniciando poco a poco, por tanto, hay muchas cosas que desconozco, pero lo que sí conozco y he sentido son los sentimientos que me destapan los ritmos de los géneros que sólo a través de ese lenguaje corporal logró transmitir, los segundos dan un agobio tremendo, pensamientos como que verdaderamente me voy a romper una pierna se posan en mi memoria, me invade el temor de quedar mal en el escenario, donde me conecto e intento demostrar que siempre se puede ser bueno siempre y cuando tu lo quieras y lo ejecutes, trabajar en ello es fuerte y se torna un compromiso enorme, lo digo con toda seguridad y experiencia, eres tú y solo tú, entregado a la música, entregado a la danza.
No hay nada más satisfactorio que oír esos aplausos, esas alabanzas que el público te hace, pero siempre me cuido de eso, posiblemente alimente mi ego, dándome un paseo por la nube del divismo, en ello debemos tener presente que estamos en constante aprendizaje de cosas totalmente nuevas y que debemos usar nuestras herramientas para avanzar, crecer y aprender.
Otra sensación enriquecedora es haberle transmitido algún sentimiento a las personas que te observan, esa motivación y esa inspiración te hace valorar y apreciar que siempre todo vale la pena.
El simple hecho de pisar un escenario de compartir tu energía y sentimientos con el público observador te hace sentir en las nubes y ni te das cuenta si lo haces bien o mal, la sincronía de los movimientos con la música se van dando, empiezas a sentir y llega el momento de la entrega.
Finalizado el acto, miles de personas te felicitan pero en tu cabeza no está la imagen de qué tanto hiciste, o si metiste la pata, si no lo notas el público tampoco, porque realmente le diste con todo, y pequeñas equivocaciones bien sabidas llevar logran pasar desapercibidas en tu memoria, apenas estará el miedo y pequeñas imágenes de lo que hiciste pero más que todo de lo que sentiste, eso, mis queridos amigos, se llama bailar con sentimiento, eso es lo que sentimos los bailarines o bueno, esa es la aproximación a la que he llegado.
El baile es, son todos los sentimientos, odio, amor, fuerza, pasión, alegría, dolor, pasividad sólo ¡¡¡disfrútalo!!! Cabas muy bien lo canta: “El cuerpo es tu instrumento, muévelo como se te dé la gana” bien amigos, eso es lo que les recomiendo, tengan ritmo y aviven sus vidas con el baile.
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