¡Hey! tú, sí, ¡Tú! ¿Te has considerado
siempre bueno? ¿Una persona que agradece los aprendizajes de las personas a
quien admira, de las personas que han aportado algo significativo en la vida? ¿Consejos,
palabras u orientaciones que de alguna manera han cambiado la manera de ver el
mundo y además, han aliviado algún tipo de depresión que atormentaba el
corazón? Te invito a realizar un auto-examen de conciencia, puede que lo
necesites urgentemente.
No olvides de dónde vienes amigo/a mío/a,
porque la ley del karma vendrá a ti, a cobrarte palabra por palabra, hecho por
hecho, lágrima por lágrima, aflicción por aflicción, desvelo por desvelo y por
partida doble, todas las religiones concuerdan en que se trata de la justicia
divina, los no creyentes prefieren llamarle karma.
No importa qué tan bueno crean los demás
que eres, no importa qué tan devoto te vean, si le haces daño a otra persona
para justificarte, eres simplemente una mala persona. Las personas de bien no
necesitan mal poner a los demás para ganar posiciones, las personas de bien se
caracterizan por ganar lugares debido a sus acciones limpias y justas.
¿Tienes raspadas las rodillas por demostrar
tanta devoción? No demuestres frente a otros lo falso que resulta tu vida, para
justificar a Dios (o en lo que creas) por qué le hiciste tanto daño a los
demás, ojo, el daño no radica solo en
agresión física, son palabras, son comentarios, son actuares. ¿Por qué no
enfrentar las cosas con la cara en alto y no tener que pasar cerca de otros con la cabeza agachada por comentarios
mal sanos que realizaste? ¿Por qué no ser directos y ahorrarse el hecho de
salir por la parte de atrás de la vida de una o muchas personas?
La vida y Dios mismo se encarga de poner o
quitar a personas de nuestro camino, pues por alguna razón nosotros somos una
mala influencia y provocamos mala vibra en su vida o simplemente eres tú quien
resultó nocivo/a o tóxico/a para nuestra salud social. El que caso es que haces
más perdonando que haciendo público un conflicto que al parecer ni tú mismo has
logrado superar, como resultado de que la única persona que pone limitaciones
para cumplir sus metas, eres tú mismo. Evalúate, analízate y toma cartas en el
asunto.
A los cómplices de esas personas me resta
decirles: “no apoyen el hecho de dar mala fama a otros solo para conseguir
migajas de amor falso, sólo porque tu no consigues aceptación y amor propio, tú
no sabes si serás la próxima víctima de la persona a quien apoyas”.
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