miércoles, 29 de abril de 2015

Rómpete una pierna

Pocos saben lo importante y lo indispensable que se vuelve la danza en la vida de los artistas, y de los mismos bailarines, la pasión, la entrega, el encuentro de sentimientos en el escenario, la suspensión y el acople del cuerpo ante la música o cualquier ritmo, son sensaciones que pocos hemos experimentado.

Es inexplicable y tan fugaz el tiempo que duras en el escenario, tantos meses dedicándole a un baile, a una presentación y cuando llega el día de la verdad te encuentras con la sorpresa de que sientes pasar el tiempo lento, mientras te pones el vestuario destinado al baile que realizarás, la lentitud se destaca o al menos tú la sientes de esa manera antes de salir a las tablas, los nervios se apoderan de ti al recordar que en ensayos anteriores tus compañeros de baile de otras academias te decían: rómpete una pierna, metafóricamente hablando claro!, solo es un deseo de buena suerte, sin embargo, la concentración en lo que harás no se desprende tan fácil de tu mente. 

Mi mundo en el baile va iniciando poco a poco, por tanto, hay muchas cosas que desconozco, pero lo que sí conozco y he sentido son los sentimientos que me destapan los ritmos de los géneros que sólo a través de ese lenguaje corporal logró transmitir, los segundos dan un agobio tremendo, pensamientos como que verdaderamente me voy a romper una pierna se posan en mi memoria, me invade el temor de quedar mal en el escenario, donde me conecto e intento demostrar que siempre se puede ser bueno siempre y cuando tu lo quieras y lo ejecutes, trabajar en ello es fuerte y se torna un compromiso enorme, lo digo con toda seguridad y experiencia, eres tú y solo tú, entregado a la música, entregado a la danza.

No hay nada más satisfactorio que oír esos aplausos, esas alabanzas que el público te hace, pero siempre me cuido de eso, posiblemente alimente mi ego, dándome un paseo por la nube del divismo, en ello debemos tener presente que estamos en constante aprendizaje de cosas totalmente nuevas y que debemos usar nuestras herramientas para avanzar, crecer y aprender.

Otra sensación enriquecedora es haberle transmitido algún sentimiento a las personas que te observan, esa motivación y esa inspiración te hace valorar y apreciar que siempre todo vale la pena.

El simple hecho de pisar un escenario de compartir tu energía y sentimientos con el público observador te hace sentir en las nubes y ni te das cuenta si lo haces bien o mal, la sincronía de los movimientos con la música se van dando, empiezas a sentir y llega el momento de la entrega.

Finalizado el acto, miles de personas te felicitan pero en tu cabeza no está la imagen de qué tanto hiciste, o si metiste la pata, si no lo notas el público tampoco, porque realmente le diste con todo, y pequeñas equivocaciones bien sabidas llevar logran pasar desapercibidas en tu memoria, apenas estará el miedo y pequeñas imágenes de lo que hiciste pero más que todo de lo que sentiste, eso, mis queridos amigos, se llama bailar con sentimiento, eso es lo que sentimos los bailarines o bueno, esa es la aproximación a la que he llegado.


El baile es, son todos los sentimientos, odio, amor, fuerza, pasión, alegría, dolor, pasividad sólo ¡¡¡disfrútalo!!!  Cabas muy bien lo canta: “El cuerpo es tu instrumento, muévelo como se te dé la gana” bien amigos, eso es lo que les recomiendo, tengan ritmo y aviven sus vidas con el baile.

¿Qué significa para ti la danza?

¿Qué significa para ti la danza?


Una pregunta bastante sencilla pero muy profunda a la hora de responder, se piensa, se siente, se vive la danza, así empiezas a decirlo.

Luego lo sigues pensando. Rememoras cada momento, cada instante vivido haciendo lo que más te gusta. Recuerdas conceptos que otras personas tienen al respecto, buscas algún concepto que estandarice todo aquello que sientes al expresar tus sentimientos a un público que lee cada palabra dicha por tu cuerpo.

No es sencillo, te hundes en explicaciones para poder dar a entender la emoción sentida ante cada elevación, cada paso. Esa armonía que existe entre tu cuerpo y tus sentimientos.
Terminas diciendo que te levantas respirando danza, te acuestas soñando danza y aún en tus sueños la danza sigue presente: forma parte de tu vida, porque es tú estilo de vida.

En cada sitio al que vas, imaginas: “¿cómo sería la vida si las personas se mantuvieran bailando al son que toque su corazón?” bien sea caminando, cruzando la calle, haciendo una cola, andando en una buseta, piensas ¿qué movimientos harían?, una idea bastante descabellada, aunque no tanto si se tratase de un musical. Sin embargo lo piensas y suena genial: vivirías la danza en su máxima expresión.

Posiblemente no todos tengan en cuenta la trascendencia que ha tenido la danza desde los inicios de la humanidad, las personas se comunicaban con sus dioses a través de un lenguaje corporal, que en algunas ocasiones, y, entre otras cosas, sirvió para invocar al dios de la lluvia.
Sin embargo, el ser humano quería más, fue por ello que la danza se revistió de elegancia para entretener a las personas que quedaban conmovidos de ver la emoción con la cual se comunicaban con el dios de la lluvia o al momento de un ritual especial.

Posteriormente, y en Grecia, un gran filósofo del mundo, contrarió esa idea de apoyar a los artistas que conmovían a los espectadores con su manera de hacer danza, puesto que estos “mentirosos” como los llamó Platón, alejaban a las personas del verdadero conocimiento que acarreaba la filosofía, pero contrario a esto una producción cinematográfica alega que “un artista usa mentiras para decir la verdad” V de Venganza.

Se puede decir, que no todos están hechos para hacer danza, pero la danza sí está para todos. Pues no hay mejor manera que expresar lo profundo de un sentimiento a través de las artes plásticas, hay presentaciones de bailarines que te hacen llorar, hay poemas que te hacen romper en llanto, hay pinturas que te sacan lágrimas por sólo verlos.

Lo cierto es que el arte está hecho para decir aquello que sentimos de una manera sublime, pues las palabras son vanas en sentimiento cuando se quiere expresar una emoción. El arte te conecta, pues está en nuestra memoria colectiva, lo heredamos de nuestros antepasados: de sus petroglifos, de sus danzas sacras, que expresaban las vivencias más sentidas y puras de su ser.

sábado, 11 de abril de 2015

Relatos de un robo anunciado

Basada en una historia de la vida real y cotidiana.

Casilda estaba terminando su jornada laboral, había organizado unos papeles y archivado otros cuantos para darle continuidad al día siguiente a su trabajo. Un viernes resultaba prometedor para quien buscaba salir de la rutina diaria. Horas antes se había comunicado con su madre, quien con mucha preocupación le recomendó salir inmediatamente a su hogar, pues ella se encontraba a unas cuantas horas fuera de la ciudad.

Con algo de astucia y aprovechando que su familia se encontraba alejada de casa, Casilda concretó salir con un buen amigo, tomar un par de copas, quizá darse un par de besos y si lo ameritaba la ocasión, algo de acción, pero todo dependería de cómo evolucionaba la noche que parecía prometer.
Lucía una chaqueta rosada que combinaba con unos adorables zapatos del mismo color, su cabello bien cepillado, largo y pelirrojo la hacía lucir sobria y elegante, además de la forma en que resaltaba su color de piel blanco leche en medio de estos contrastes. La luna reflejaba ilusión y entusiasmo en sus ojos marrones que combinaban con las pecas que le hacían gracia.



Era la última que salía de su trabajo, pues siempre estaba comprometida en cumplir cada meta diaria que se planteaba. Sentía que no había cumplido su propósito diario si no lo hacía y la noche se le hacía frustrante, pero no esta vez; se dispuso a caminar para esperar ubicar a su amigo que estaba en la esquina esperando.

Sus largas piernas que por este día se veían ajustadas a un jean y su cuerpo que se contoneaba lado a lado conforme iba caminando le daban la seguridad de una ejecutiva, que con un cuello largo y un rostro perfilado de una dama clásica le daban aires de princesa, era una guerrera en los negocios y una diosa a la hora de proponer ideas frescas.

Una vez cruzó la esquina que la sumergió a una sórdida penumbra y la alejaron de la vista del vigilante, oyó un sonido de dos motos, pero hundida en sus pensamientos no cayó en cuenta de lo inseguro que a esa hora estaba la zona. Volvió a la realidad y se aferró a sus creencias religiosas y aceleró el paso, pero era demasiado tarde…

El ensordecedor sonido de dos motos frenando al mismo tiempo la paralizó y la dejó en un profundo shock que Casilda desahogó con un grito salido de sus entrañas, sentía que un gran reflector iluminaba la escena naranja en la que se encontraba y se vio a sí misma rodeada de cuatro sujetos, dos en cada moto. Dos de ellos vestían pantaloneta y franelas largas y anchas, con gorra, los otros, los “parrilleros” que no pasaban de 17 años de edad, vestían las típicas camisas de rayas con la trillada marca “Lacoste” y mientras le profesaban groserías, se negó a entregarles su bolso.

De repente uno de los sujetos metió su mano dentro de la franela ancha y simulando tener una pistola apuntó a Casilda, que engañada por este ardid, recordó que la primera incidencia de muerte en su país es a manos de la inseguridad, así que reflexionó que lo más importante era su vida y no se arriesgó, entregó sus pertenencias.

Ella continuaba desentendida del asunto, acorralada y buscando un por qué en las caras de los sujetos logró escuchar que le gritaban “no me mires” se puso las manos en la cara y se decía a sí misma: “no, no, no,” y recordó que debió haber hecho caso a su madre. Entre los ladrones y la pared, no tenía mayor escapatoria, esta era el pan de cada día, al que cada individuo se enfrentaba y nadie podía evitarlo.

Con la presión de la sangre que bombardeaba su corazón se sentía más viva que nunca y a la vez muerta por la vulnerabilidad del momento que la hacía verse en un escenario donde un líquido espeso y rojo la estaría rodeando y sus cabellos alborotados estarían manchados y opacos producto del impacto de bala, dejando un rostro sorprendido; sería una escena del crimen más que vería otro grupo de investigadores, sería otro crimen más, sin resolver…

Los sujetos la empezaron a manosear, pero ellos a la vez sentían el miedo y la adrenalina del momento, Casilda sintió un respeto aterrador cuando solo revisaron sus bolsillos, tomaron el celular que estaba en la chaqueta y huyeron… Ella no tuvo opción, la luna había desaparecido ese foco de luz naranja se había dispersado y ella estaba sola en la penumbra que la acompañaba con amargura.
Indignada e impactada por el show del que había sido protagonista, se quito las manos de la cara y examinó con mirada compasiva si esto había sido presenciado por algún observador, al verse sola y asimilando que había vivido para contarlo, volvió a pasar las manos por su cara y se soltó en llanto, que fue interrumpido por una voz a lo alto de una vivienda que le decía que se acercara y se alejara de allí.

Indignada por lo ocurrido y con desconfianza se acercó, ¿qué era lo peor que podría suceder? luego de hablar con su familia por teléfono y escuchar los regaños de su padre que no podía acudir al rescate, recordó que quizá su amigo también había pasado por la misma escena, el mismo sentimiento aterrador del susto provocado por estos antisociales.

Casilda se arriesgó y se armó de valor para salir de esa casa donde le había prestado ayuda una buena mujer, que había visto en primera fila toda la escena, y que le recomendó irse en taxi hasta su hogar. Necia y terca como solo podría ser, se dirigió a la esquina, donde luego de ver dos sombras que se acentuaban cada que se acercaba, la hicieron razonar que había tomado la decisión errada, se afligió y se dijo a sí misma, “este es mi fin” allí estaban los sujetos que la habían atracado…

No había vuelta atrás, ella estaba en la boca del lobo, uno de los sujetos se encontraba junto a un poste de luz y tenía la moto al lado el otro aún más cerca de ella estaba escudándose frente a un teléfono tarjetero de la zona y simulando orinar sacaba algo metálico de sus pantalones, se estaba preparando para ponerle fin a la impertinente Casilda; la tierra debió abrirse en ese momento para protegerla…

Retrocedió a la espera de que la persiguieran y la mataran, pero milagrosamente no hicieron nada. En esa esquina ya no estaba su amigo esperando por ella, quizá se había salvado de vivir esa mala experiencia. De pronto, estaba caminando a su oficina para que el vigilante llamase a un taxi y observó a dos sujetos que se dirigían hacia ella, recordó que solo dos de los sujetos que la habían robado estaban en la esquina de la que ella se estaba devolviendo y relacionó que estos dos eran los restantes de sus acompañantes, así que corrió por la otra calle esquivándolos, pero ellos corrieron hacia ella y al atraparla ella se desmayó.


Luego de despertar, pensó que todo había sido un sueño, estaba en brazos de su amigo que la estaba ayudando a despertar acercándole algo de alcohol para oler, pero no lo era, había sido una vivencia tan real como la noche que aún los cubría, estaba en su oficina, los dos sujetos que la había perseguido hasta alcanzarla eran el vigilante y su amigo a quien también habían robado y le dejaron la marca de la pistola en el pecho.

miércoles, 1 de abril de 2015

El mal alumno (Así o más directo)


¡Hey! tú, sí, ¡Tú! ¿Te has considerado siempre bueno? ¿Una persona que agradece los aprendizajes de las personas a quien admira, de las personas que han aportado algo significativo en la vida? ¿Consejos, palabras u orientaciones que de alguna manera han cambiado la manera de ver el mundo y además, han aliviado algún tipo de depresión que atormentaba el corazón? Te invito a realizar un auto-examen de conciencia, puede que lo necesites urgentemente.


No olvides de dónde vienes amigo/a mío/a, porque la ley del karma vendrá a ti, a cobrarte palabra por palabra, hecho por hecho, lágrima por lágrima, aflicción por aflicción, desvelo por desvelo y por partida doble, todas las religiones concuerdan en que se trata de la justicia divina, los no creyentes prefieren llamarle karma.

No importa qué tan bueno crean los demás que eres, no importa qué tan devoto te vean, si le haces daño a otra persona para justificarte, eres simplemente una mala persona. Las personas de bien no necesitan mal poner a los demás para ganar posiciones, las personas de bien se caracterizan por ganar lugares debido a sus acciones limpias y justas.

¿Tienes raspadas las rodillas por demostrar tanta devoción? No demuestres frente a otros lo falso que resulta tu vida, para justificar a Dios (o en lo que creas) por qué le hiciste tanto daño a los demás, ojo, el daño no radica solo en agresión física, son palabras, son comentarios, son actuares. ¿Por qué no enfrentar las cosas con la cara en alto y no tener que pasar cerca de  otros con la cabeza agachada por comentarios mal sanos que realizaste? ¿Por qué no ser directos y ahorrarse el hecho de salir por la parte de atrás de la vida de una o muchas personas?

La vida y Dios mismo se encarga de poner o quitar a personas de nuestro camino, pues por alguna razón nosotros somos una mala influencia y provocamos mala vibra en su vida o simplemente eres tú quien resultó nocivo/a o tóxico/a para nuestra salud social. El que caso es que haces más perdonando que haciendo público un conflicto que al parecer ni tú mismo has logrado superar, como resultado de que la única persona que pone limitaciones para cumplir sus metas, eres tú mismo. Evalúate, analízate y toma cartas en el asunto.


A los cómplices de esas personas me resta decirles: “no apoyen el hecho de dar mala fama a otros solo para conseguir migajas de amor falso, sólo porque tu no consigues aceptación y amor propio, tú no sabes si serás la próxima víctima de la persona a quien apoyas”.