viernes, 16 de octubre de 2015

Flamenco y Duende

Observar detenidamente el arte flamenco no es una cosa que resulte fácil, ni siquiera se le pudiese llamar “cosa” sería un término despectivo para llamar algo con lo que se puede amar, flamenco es más que un baile, más que una cultura, más que un sentimiento, el flamenco es alegría, es llanto, es dolor, es ira, es pureza, es lo que tú quieras que sea cuando lo estés sintiendo.


Los pocos que llegan a sentir el flamenco desde lo más profundo de su alma, desde lo más profundo de su ser, como gritos desgarradores del alma, donde sin darte cuenta te identificas con esas vivencias, su propia historia, a pesar de no haberla vivido, son los que logran entender la trascendía y lo que significa para el pueblo gitano este arte que se acentúa en la historia no sólo de los españoles sino de los latinos en su totalidad.

El flamenco se puede interpretar o expresar de tres formas, que son bastante visibles, por medio del baile, por medio del cante o bien por medio de la música (también a través de la literatura o poesía, pero en este caso tomaremos las formas que se mencionaron).


En un principio esta forma de interpretar los sentires fue a través del cante, que se fue acentuando como “cante jondo”, donde los gitanos expresaban sus vivencias más intensas, su historia de dolor, de alegría, de éxtasis, de pasión, a esa fuerza de voz que brota del interior del ser humano, “como flechas que atraviesan el corazón” y a lo que provoca escucharlo y verlo, Federico García Lorca lo llamó “duende”. Porque es un misterio que todos conocen, pero que nadie puede explicar.

El flamenco tiene estas variantes para ser expresado, algunos pocos saben la intensidad con la que se realiza o se ejecutan estas tipos de cante y baile que sirven para exteriorizar el sentir y contar la historia más dramática de las vivencias gitanas.

Esa intensidad se siente al escuchar el cante, donde en el cante jondo (hondo), la voz se quebranta por el sentimiento que viene aflorando o marchitando, donde las palabras no están huérfanas de significado, de simbolismo. Y donde se llora al mismo tiempo en que se canta las penas de un grupo marginado por la sociedad.

Luego de ese cante surgió la música, donde se fueron adaptando diversos instrumentos que sirvieron para expresar la música de un pueblo que guardaba celosa y herméticamente una cultura, pues era el único tesoro que nadie les podía arrebatar. Las palmas fueron el primer instrumento que se usó para dar ritmo a lo que se cantaba, luego se adicionaron otros instrumentos conforme pasó el tiempo. Estos a su vez sirvieron para dar una distinción del tipo de cante y baile que se fueron creando.


En cuanto a la danza, al ojo ordinario el flamenco es sólo un baile donde se “matan cucarachas” por el zapateo continuo y el sonido que este provoca, pasando inadvertido para esos observadores puede que hasta se sientan fastidiadas por los gritos que brotan del cante jondo.

Pero no se puede dejar pasar por alto ese zapateo que se acentúa en los hombres y los caracteriza como fuertes y destacan su virilidad, mientras que en las mujeres es la sensualidad del muñequeo y del juego del cuerpo con la falda, el zapateo demuestra la intensidad, el odio, la ira que se puede sentir y es por ello que se observa en los palos flamencos más intensos.


El galanteo que se puede hacer sin necesidad de hacer una escobilla extensa se puede hacer con tan sólo la presencia, las miradas, las expresiones faciales, los braceos, los muñequeos, la misma habilidad de ejecutar pasos veloces sirven para complementar el vacío entre las letras. 

La comodidad la va tomando al bailaor conforme se va desenvolviendo con su público, es allí donde se logra la conexión anhelada y se llega a pensar que el artista se va desgastando al expresar toda esa energía, toda esa pasión, esa intensidad, ese no sé qué, o “duende” que expresa Lorca, pero también se debe comprender que el artista no sólo despierta en sí mismo la chispa de su esencia, sino que capta y se apodera de la de su público y cuando es finalizada su interpretación, es inevitable romper en aplausos. 

Todo tiene su por qué, su razón de ser así pasa en la historia de este arte que guarda una relación mitológica explicable que no debe ser pasada por alto, la fiesta brava y el flamenco jamás pueden ser separados, a ambos los une el misterio del "duende".

miércoles, 29 de abril de 2015

Rómpete una pierna

Pocos saben lo importante y lo indispensable que se vuelve la danza en la vida de los artistas, y de los mismos bailarines, la pasión, la entrega, el encuentro de sentimientos en el escenario, la suspensión y el acople del cuerpo ante la música o cualquier ritmo, son sensaciones que pocos hemos experimentado.

Es inexplicable y tan fugaz el tiempo que duras en el escenario, tantos meses dedicándole a un baile, a una presentación y cuando llega el día de la verdad te encuentras con la sorpresa de que sientes pasar el tiempo lento, mientras te pones el vestuario destinado al baile que realizarás, la lentitud se destaca o al menos tú la sientes de esa manera antes de salir a las tablas, los nervios se apoderan de ti al recordar que en ensayos anteriores tus compañeros de baile de otras academias te decían: rómpete una pierna, metafóricamente hablando claro!, solo es un deseo de buena suerte, sin embargo, la concentración en lo que harás no se desprende tan fácil de tu mente. 

Mi mundo en el baile va iniciando poco a poco, por tanto, hay muchas cosas que desconozco, pero lo que sí conozco y he sentido son los sentimientos que me destapan los ritmos de los géneros que sólo a través de ese lenguaje corporal logró transmitir, los segundos dan un agobio tremendo, pensamientos como que verdaderamente me voy a romper una pierna se posan en mi memoria, me invade el temor de quedar mal en el escenario, donde me conecto e intento demostrar que siempre se puede ser bueno siempre y cuando tu lo quieras y lo ejecutes, trabajar en ello es fuerte y se torna un compromiso enorme, lo digo con toda seguridad y experiencia, eres tú y solo tú, entregado a la música, entregado a la danza.

No hay nada más satisfactorio que oír esos aplausos, esas alabanzas que el público te hace, pero siempre me cuido de eso, posiblemente alimente mi ego, dándome un paseo por la nube del divismo, en ello debemos tener presente que estamos en constante aprendizaje de cosas totalmente nuevas y que debemos usar nuestras herramientas para avanzar, crecer y aprender.

Otra sensación enriquecedora es haberle transmitido algún sentimiento a las personas que te observan, esa motivación y esa inspiración te hace valorar y apreciar que siempre todo vale la pena.

El simple hecho de pisar un escenario de compartir tu energía y sentimientos con el público observador te hace sentir en las nubes y ni te das cuenta si lo haces bien o mal, la sincronía de los movimientos con la música se van dando, empiezas a sentir y llega el momento de la entrega.

Finalizado el acto, miles de personas te felicitan pero en tu cabeza no está la imagen de qué tanto hiciste, o si metiste la pata, si no lo notas el público tampoco, porque realmente le diste con todo, y pequeñas equivocaciones bien sabidas llevar logran pasar desapercibidas en tu memoria, apenas estará el miedo y pequeñas imágenes de lo que hiciste pero más que todo de lo que sentiste, eso, mis queridos amigos, se llama bailar con sentimiento, eso es lo que sentimos los bailarines o bueno, esa es la aproximación a la que he llegado.


El baile es, son todos los sentimientos, odio, amor, fuerza, pasión, alegría, dolor, pasividad sólo ¡¡¡disfrútalo!!!  Cabas muy bien lo canta: “El cuerpo es tu instrumento, muévelo como se te dé la gana” bien amigos, eso es lo que les recomiendo, tengan ritmo y aviven sus vidas con el baile.

¿Qué significa para ti la danza?

¿Qué significa para ti la danza?


Una pregunta bastante sencilla pero muy profunda a la hora de responder, se piensa, se siente, se vive la danza, así empiezas a decirlo.

Luego lo sigues pensando. Rememoras cada momento, cada instante vivido haciendo lo que más te gusta. Recuerdas conceptos que otras personas tienen al respecto, buscas algún concepto que estandarice todo aquello que sientes al expresar tus sentimientos a un público que lee cada palabra dicha por tu cuerpo.

No es sencillo, te hundes en explicaciones para poder dar a entender la emoción sentida ante cada elevación, cada paso. Esa armonía que existe entre tu cuerpo y tus sentimientos.
Terminas diciendo que te levantas respirando danza, te acuestas soñando danza y aún en tus sueños la danza sigue presente: forma parte de tu vida, porque es tú estilo de vida.

En cada sitio al que vas, imaginas: “¿cómo sería la vida si las personas se mantuvieran bailando al son que toque su corazón?” bien sea caminando, cruzando la calle, haciendo una cola, andando en una buseta, piensas ¿qué movimientos harían?, una idea bastante descabellada, aunque no tanto si se tratase de un musical. Sin embargo lo piensas y suena genial: vivirías la danza en su máxima expresión.

Posiblemente no todos tengan en cuenta la trascendencia que ha tenido la danza desde los inicios de la humanidad, las personas se comunicaban con sus dioses a través de un lenguaje corporal, que en algunas ocasiones, y, entre otras cosas, sirvió para invocar al dios de la lluvia.
Sin embargo, el ser humano quería más, fue por ello que la danza se revistió de elegancia para entretener a las personas que quedaban conmovidos de ver la emoción con la cual se comunicaban con el dios de la lluvia o al momento de un ritual especial.

Posteriormente, y en Grecia, un gran filósofo del mundo, contrarió esa idea de apoyar a los artistas que conmovían a los espectadores con su manera de hacer danza, puesto que estos “mentirosos” como los llamó Platón, alejaban a las personas del verdadero conocimiento que acarreaba la filosofía, pero contrario a esto una producción cinematográfica alega que “un artista usa mentiras para decir la verdad” V de Venganza.

Se puede decir, que no todos están hechos para hacer danza, pero la danza sí está para todos. Pues no hay mejor manera que expresar lo profundo de un sentimiento a través de las artes plásticas, hay presentaciones de bailarines que te hacen llorar, hay poemas que te hacen romper en llanto, hay pinturas que te sacan lágrimas por sólo verlos.

Lo cierto es que el arte está hecho para decir aquello que sentimos de una manera sublime, pues las palabras son vanas en sentimiento cuando se quiere expresar una emoción. El arte te conecta, pues está en nuestra memoria colectiva, lo heredamos de nuestros antepasados: de sus petroglifos, de sus danzas sacras, que expresaban las vivencias más sentidas y puras de su ser.